Eduardo de la Torre Jaramillo | 11 mayo de 2013
Tribuna Libre.- Desde 1988 la capital del estado de Veracruz
se afianzó como una ciudad opositora, y esto porque la ciudadanía xalapeña le
ha votado en contra a los candidatos del PRI en repetidas ocasiones y
coyunturas; en aquel año Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ganó por diez mil votos
sobre Carlos Salinas de Gortari; de aquel fraude electoral sobrevino el
desencanto entre los xalapeños hacia la elección municipal del 2 de octubre de
aquel mítico año, donde el candidato ganador lo hizo sólo con el 12% de la
votación, que fue Guillermo Zúñiga Martínez, un alcalde cuya gestión fue
marcada de origen por un alto déficit de legitimidad.
El otro ciclo opositor se produjo en 1997 en
el plano municipal, en ese año ganó la lección Rafael Hernández Villalpando
abanderado por el PRD, quien derrotó a la candidata Rosario Piña; esto se
produjo por la “contaminación” de la elección federal donde el PRI perdió la
mayoría en la Cámara de Diputados, aunado al triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas
como Jefe de Gobierno en el DF; y en lo local el PRI perdió 107 alcaldías, aquí
es pertinente mencionar que en mucho se le debió a la extinta Comisión Estatal
Electoral, la cual se adelantó en 1994 a lo que fue el IFE de 1996, ello por su
autonomía e imparcialidad frente al poder político estatal.
En el segundo lustro de los años noventa se
produjo un proceso de liberalización política local, ya rumbo al año 2000, el
PAN al ganar la presidencia de la república, en Xalapa ganó la primera
diputación federal con la candidatura de Eugenio Pérez Cruz, quien derrotó al
notario Silvio Lagos Martínez; y en septiembre de ese año, Alfonso Vázquez
Cuevas derrota en la diputación local a Guillermo Zúñiga Martínez; y refrenda
Convergencia el gobierno municipal con Reynaldo Escobar Pérez.
Hacia el año 2003 refrendo el triunfo en la
diputación federal el Doctor Miguel Ángel Llera Bello, superando al exdiputado
local Octavio Gil García; ya en la elección de gobernador en 2004, Dante
Delgado Rannauro ganó la capital, así como también Atanasio García Durán y
Cinthya Lobato Calderón como diputados locales en aquella coalición de
izquierda, derrotando a Fidel Cruz y Dalos Ulises, respectivamente.
Después de un breve retorno autoritario en
2007 en Veracruz; ya en la elección para gobernador de 2010, Miguel Ángel Yunes
Linares ganó la capital con 10 mil votos sobre el actual gobernador Javier
Duarte de Ochoa.
En la elección federal de 2012, el PRI pierde
en el plano estatal frente a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota; y
particularmente en Xalapa, donde el actual presidente Enrique Peña Nieto no
ganó una sola casilla en esta ciudad, y quien ganó fue Andrés Manuel López
Obrador y en la diputación federal ganó un militante de la izquierda histórica,
Uriel Flores Aguayo derrotando 2 a 1 a Reynaldo Escobar Pérez.
Es pertinente comentar que la ciudadanía en
Xalapa le ha votado a los candidatos del PAN y PRD en las diputaciones locales,
federales y la alcaldía, derrotando a la “maquinaría política estatal” y sobre
todo al dinero; resaltando una cultura cívica que se expresa como mayoría
silenciosa cada tres o seis años, y que le envía un mensaje al poder político
estatal que castiga a los políticos que ya tuvieron la oportunidad de
gobernarla o ser representantes ante la Cámara de Diputados Federal o Local y
que no han trabajado por la ciudad y/o que la han desgobernado municipalmente.
-Por supuesto que cualquier persona que sea candidato del PRI es derrotable, ya
que los xalapeños han demostrado que nadie es invencible políticamente
hablando-.
Actualmente, Xalapa después de la “docena
trágica” (no estoy contando este último año), que la ha gobernado el PRI, la
capital está endeudada, resaltando un problema de inseguridad pública,
problemas de agua, de vialidad y como la política es percepción, las y los
xalapeños observan a su ciudad que se encuentra estancada, caótica, sin
esperanza y sobre todo con una clase gobernante indolente, ineficaz, ineficiente,
incompetente, derrochadora de recursos, corrupta y lo peor: sin visión de
futuro.
Finalmente, una ciudad como Xalapa que le han
secuestrado su futuro los políticos tradicionales del PRI, la tarea nuevamente
recae en la ciudadanía, la cual deberá castigar electoralmente a quienes
gobernaron con una enorme irresponsabilidad y/o no legislaron y se la pasaron
vegetando en su curul local o federal (tan sólo hay que observar el número de
iniciativas presentadas por ellos mismos); refrendar la vocación opositora de
las y los xalapeños dependerá de su evaluación hacia los políticos que no
funcionaron ni dieron resultados en el pasado inmediato y que le quitaron calidad de vida a la
ciudad. Se antoja una elección donde la ciudadanía derrote nuevamente al dinero
ilegal, al tráfico de la pobreza a través de los programas sociales, aquí es
pertinente mencionar que la Coneval establece que el 38% de los capitalinos
viven en alguna de las mediciones de la pobreza; todo lo anterior contribuye
para que se vaya construyendo la alternancia política rumbo al 2016 desde los
cimientos ciudadanos.