* Guerra sucia a la candidata del PAN * Excélsior y los amoríos
filtrados * Al servicio de sus verdugos * La ignorancia del
procurador * Ilegal, el nombramiento a un naval, * Maritoña sí es
priísta * El PRD y los padrinos de Elizabeth Alor * Otra vez Punta
Diamante * Chagra, en aprietos * Ramón Cisneros sobre Tony
Mussio Cárdenas Arellano | 25 marzo de 2014
Tribuna Libre.- Desde las mazmorras de la fidelidad, en los sótanos
de la inmundicia política, Javier Duarte de Ochoa y Regina Vázquez Saut como
operadores, se urdió difundir las fotografías en que se exhiben los senos y las
carnes de la traición de Dominga Xóchilt Tres Rodríguez, imágenes de escándalo
de las que hoy se dice orgullosa.
Lo ideó Fidel Herrera Beltrán y lo ejecutó Javier
Duarte, a quien hoy sirve Xóchilt —primero la “l” y luego “t” en su nombre,
según su perfil político— con fingida amnesia desde la Dirección del instituto
de Espacios Educativos de la Secretaría de Educación de Veracruz.
Era ella candidata a diputada federal, en 2012.
Contendía por el distrito de Acayucan, oriunda de Juanita, municipio de San
Juan Evangelista, avecindada en Rodríguez Clara. Enfrentaba a Regina Vázquez
Saut, hija de Cirilo Vázquez Lagunes, cacique hasta que el crimen organizado lo
emboscó, lo acribilló a balazos y lo envió al mundo del silencio.
Tenía Xóchilt Tress mejor imagen que Regina
Vázquez, la peor alcaldesa de Veracruz, violadora de la ley, sin entregar
estados financieros mensuales, sin cuenta pública, pero amiga íntima de Ricardo
Landa, un sátrapa a quien Fidel Herrera hizo líder del PRI estatal, luego su
alfil en el Fideicomiso del 2 por ciento a la nómina, después encargado de un
fondo de desastres naturales, otra caja chica de la fidelidad.
No había entre Xóchilt Tress y Regina Vázquez punto
a comparar. Una era limpia, la otra sólo suciedad política. Venían ambas de su
tragedia personal; Xóchilt por la ejecución de su esposo, Gregorio Barradas
Miravete; Regina de la de su padre, el Caudillo del Sur. Pero una, Regina, se
vendió al fidelismo y la otra no.
Servía a Xóchilt su condición de viuda joven, el
recuerdo Gregorio Barradas, diputado federal panista por Acayucan, de 2006 a
2009, y ser hasta el día de su muerte —noviembre 8 de 2010— alcalde electo de
Rodríguez Clara, con arrastre popular, con el pueblo de su lado y el aval de
los grupos de poder, los legítimos y, se sabría después, los malosos.
Regina Vázquez fue una mala elección del PRI.
Insaciable, ambiciosa, tramposa para ejercer el presupuesto, de magros
resultados, suponía que Acayucan y los municipios del distrito se volcarían a
su favor. Alcaldesa impuesta, diputada por el Partido Acción Nacional cuando
Cirilo vivía, Regina se convirtió en una tortura para el pueblo.
Ni un voto tendría la fidelista Regina de no ser
con trampas y mentiras, zancadillas y golpes bajos. Y así se dio en Fidel
Herrera la idea genial de enlodar a Xóchilt Tress, un exorcismo al demonio de
la derrota que ya advertía sobre su pupila Vázquez.
Una versión, atribuible a círculos duartistas,
citan que la embestida partió de un hallazgo insólito: las fotografías de
Xóchilt con poca ropa, semidesnuda, con los senos al aire, con kilos de más,
con kilos de menos, en bikini, en ropa interior, en pleno romance con su
amante, el diputado por Acayucan, Rafael Rodríguez; más de 30 imágenes de las
cuales aún faltan de difundir las más pesadas y un video.
Habría hecho el hallazgo la esposa engañada, Amanda
Gasperín Burbarela, alcaldesa de Rodríguez Clara, acérrima enemiga de Gregorio
Barradas Miravete, con quien tuvo encontronazos públicos, que por críticas
mutuas, que por marchas y movilizaciones, que por eventos en la calle, que por
el instinto represivo de la presidenta municipal.
Intragables Gregorio y Amanda, fue más enconada la
alcaldesa desde que Barradas subió a tribuna en la Cámara de Diputados y ahí,
frente a un mundo de legisladores, al hablar de los comicios de 2007 en Veracruz,
acusó a Fidel de haber detonado una elección de estado.
Sabíase que Fidel se pondría loco con la andanada,
pero el punto más álgido fue cuando Gregorio Barradas Miravete sentenció que en
Veracruz a única fidelidad existente era la que se le tenía a los
narcotraficantes. Dicen que ahí marcó su destino.
Al morir —levantado primero en Isla, ejecutado
horas después en Tuxtepec, Oaxaca—, su viuda Xóchilt Tress lanzó advertencias y
sugirió la identidad de la autoría intelectual: “todos sabemos quién lo quería
matar”. Y volteaba a ver el palacio municipal.
Desplegó en año y medio su condición de viuda
dolida, presente el recuerdo de Gregorio Barradas, y así llegó a la contienda
por la diputación, enemiga natural de Regina Vázquez, limpia en su actuación
pública, sin la sombra del cacique Cirilo y menos la de Fidel.
Así iba hasta que Fidel Herrera la despeñó.
Matador natural, Fidel buscó periodistas locales
que quisieran difundir las fotografías que habría hallado Amanda Gasperín en el
teléfono de su esposo. No le habían sido hackeadas a Xóchilt, como se ha dicho,
sino que fue la imprudencia —¿o era parte del plan de conquista?— de Rafael
Rodríguez, el amante, lo que permitió que se usaran políticamente.
Nadie en Veracruz le entró a la bajeza fiel.
Operaba las campañas Javier Duarte desde el área financiera; operaban los fidelistas
en cada distrito, sabedores de los orígenes de su frágil moral y el nivel de
perversión de la fidelidad. Regina Vázquez llevaba su cuota, el ataque directo,
la descalificación, el golpe artero.
Fue la prensa nacional —Excélsior— la que lanzó el
golpe. El 19 de abril de 2012, iniciada su campaña, con más intención de voto
que Regina, Xóchilt Tress acaparó la atención. Le exhibían las carnes, le
exhibían la traición, le exhibían el desliz. Y si era con un priísta, peor.
Libre como era, Xóchilt Tress podía hacer de su
vida lo que le viniera en gana. Pero antes de la campaña y en ella usó el
nombre de Gregorio Barradas, su difuntito marido, como bandera política. La
viuda abnegada, la viuda herida, la viuda que habría de reivindicar a Goyo.
Y en las fotografías era la negación total: posando
la foto, dejándose captar, un selfie frente al espejo con los senos al aire,
orgullosa de sí misma —muchas mujeres se ven desnudas y no por ello se
fotografían y menos le mandan el archivo al querido casado—; semidesnuda, sólo
con ropa interior. Y el amante dándose gusto. ¿Cuándo se le acabó el dolor?
¿Cuándo comenzó la simulación?
Sus pasiones son suyas. Xóchilt las pudo vivir.
Pero a la vez se dolía de la ausencia de Gregorio, su marido ejecutado. Y
cuando eso ocurría, hacía recordar a la Xóchilt de voz quebrada junto al ataúd
y su discurso conmovedor, al borde de las lágrimas cuando asumió la presidencia
municipal de Rodríguez Clara el suplente de Goyo Barradas, con Reynaldo Escobar
como representante del gobernador.
Desacralizada, exhibida, reventada, Xóchilt Tress,
la viuda alegre supo entonces quiénes eran sus verdugos: Fidel Herrera y Javier
Duarte.
Volvería a sufrirlos de nuevo, un año después, en
2013, en su campaña a alcaldesa de San Juan Evangelista, donde también cayó
ante Abel Vázquez, medio hermano de Cirilo, tío de Regina, coterráneo suyo, de
Juanita los dos.
Conocía ya esa mano inmoral que le detonó el
escándalo, perversa la mente de Fidel Herrera; servil el oficio de Amanda
Gasperín; lacayo el gobernador Javier Duarte, el que movió los recursos para
hacerla perder; cobarde el amante Rafael Rodríguez, que le sacó las fotos y
luego la dejó a su suerte.
Hoy, sirve a sus verdugos con gusto y, dice,
lealtad. Como las mataharis, ya está en el gobierno de Javier Duarte. Sin saber
nada, sin siquiera haber leído su libreto, es la nueva directora de Espacios
Educativos. ¿Cuántas obras se realizan? “Muchas, muchas”, responde.
Fidel y Duarte pusieron sus manos sobre las fotos
del escándalo y luego las hicieron circular. A Xóchilt Tress le toca darles
gracias.
Archivo muerto
Desubicado, se gobierna a golpe de disparates el
procurador Luis Ángel Bravo Contreras. Decía en aquella conferencia de prensa
en que hablaba del rescate de ocho choapenses secuestrados, que la Agencia
Veracruzana de Investigaciones ya no era tal; había vuelto a ser Policía
Ministerial. Pues no. La AVI sigue siendo AVI. Apenas se ha entregado la
propuesta al Congreso estatal para retomar su nombre. Gravísimos los deslices
del procurador Bravo, ignorancia supina en temas judiciales. No tiene un gramo
de capacidad, menos de conocimiento sobre asuntos de la justicia veracruzana. Y
pensar que así, con semejante frescura “designó” al ingeniero naval Rogelio
Gallegos Cortés como nuevo titular de la AVI, siendo que la ley establece que
para ese cargo se requiere perfil de abogado. El mando naval tendrá ahora que
esperar que el Congreso rehabilite la Policía Ministerial, y retire el candado
para quienes no son licenciados en derecho, pues en este momento su
nombramiento es, aunque suene duro decirlo, ilegal… No por elegante, no por
fashion, no por sencilla y agradable, Maritoña García Cortés será la próxima
presidenta del PRI en Coatzacoalcos. Va por tres razones: por ser marcelista,
por ser mujer y por haber sido y continuar siendo priísta. Su única
contrincante, Elizabeth Alor, simplemente no cuenta. Políticamente sus padrinos
son un cero a la izquierda; uno de tantos, Roberto Chagra Nacif, apesta a
Fidel. Y en el pasado de Elizabeth Alor hay más perredismo que priísmo.
Recuérdese cuando Hugo Soto, jefe policíaco de Armando Rotter Maldonado, era su
principal gestor. Y el mismo Rotter la contrató como secretaria de la
presidencia municipal, en los días en que el PRD gobernaba Coatzacoalcos. Si
algo le purga a los priístas son los trapecistas y los saltimbanquis que
cambian de camiseta como cambiar de padrino… Bronquísima en puerta. Aparece
nuevo dueño de Punta Diamante, en el poniente de Coatzacoalcos. Tiene el caso
el regidor José Antonio Chagra Nacif, del clan fidelista, que deberá que
entrarle, por su comisión de tenencia de la tierra, a lo que en un momento
pretendieron hacer parte de Parque Tecnológico Puerto México, de Jesús Antonio
Macías Yazegey, suegro del gobernador Javier Duarte de Ochoa, caso que pudo
costarle, en 2009, ser candidato del PRI al gobierno de Veracruz. Grupo
Inmobiliario Hermanos del Sureste, S.A. de C.V. reclama la propiedad de acuerdo
con escrituras que datan de enero y marzo de 2013, suscritas en Catemaco,
Veracruz, y con antecedentes de pleitos judiciales de 2008 y 2009, cuando Fidel
Herrera gobernaba y Duarte era secretario de Finanzas, su mano larga, la
cartera abierta. Explosiva, la bomba que tiene en sus manos el regidor Chagra,
cuyo caso conoció el jueves 20, lo obliga a entrarle al tema de las invasiones
en que está inmiscuido Manuel Bringas Burelo, el más incómodo de la sucesión
Bringas, y su cómplice, Juan Manuel Valdez Durán, un conocido vendelotes. Ambos
vienen fraccionando y lotificando indebidamente, al margen de la autoridad, el
predio de 10 hectáreas, y vendiendo pedazos de tierra cuyos pagos van a dar a
cuentas bancarias plenamente identificadas. A nombre de Grupo Inmobiliario
Hermanos del Sureste, afiliado a la CTM regional, aparece Jesús Ramón Ortiz
Cisneros, quien no se ha reprimido si se trata de exigir el pago a los
constructores del túnel sumergido, así sea bloqueando la carretera
Coatzacoalcos-Villahermosa. Ortiz Cisneros alerta al regidor Chagra sobre las
maniobras de Manuel Bringas y Juan Valdez, y el contubernio con el juez 14 de
distrito, Pedro Rodríguez Díaz, que otorga amparos a granel según sea el tamaño
del pez. Y toca también la restitución del predio a favor de Vivienda
Industrializada de Coatzacoalcos, propiedad de Oscar de la Cruz, en su disputa
con Tony Macías, terreno que la Agencia del Ministerio Público le entregó
“completamente desocupado”. Menudo lío en el que se halla el regidor Chagra
Nacif, pues por un lado viene la presión de los transportistas de la CTM, con
escrituras públicas en su poder, y la presión mediática y por otro Fidel
Herrera y Javier Duarte. Y todo por solapar a Manuel Bringas y a su vendelotes
de cabecera, Juan Valdez… Luego sigue Plaza Sendero
twitter: @mussiocardenas